jueves, septiembre 19, 2019

CORAZÓN PORTÁTIL

Les comparto "mi parte" de este hermoso proyecto donde me invitaron a participar.

No sé si quede así porque ya luego le harán cambios en la puesta en escena. Pero esto fue lo que imaginé:



URGE. De Martín Urieta Solano.
Canta: Lila Downs

Con mi dolor
causando penas voy vagando por ahí
no hay ni una frase de cariño para mí
todos me miran con desprecio y con rencor

Mi corazón
está cansado, muy cansado de sufrir
que muchas veces le he escuchado repetir
estas palabras que me llenan de dolor

Urge
una persona que me arrulle entre sus brazos
a quien contarle de mis triunfos y fracasos
que me consuele y que me quite de sufrir

Urge
que me despierten con un beso enamorado
que me devuelvan el amor que han negado
porque también tengo derecho de vivir

Urge
una persona que me arrulle entre sus brazos
a quien contarle de mis triunfos y fracasos
que me consuele y que me quite de sufrir

Urge
que me despierten con un beso enamorado
que me devuelvan el amor que han negado
porque también tengo derecho de vivir
URGE

MADAME CHIANG(CON EL CELULAR AL FRENTE, FRUSTRADA)
Me dejaste en visto. Vuelvo a checar la pantalla esperando que las dos flechitas azules se convirtieran un un mensaje de vuelta. Pero no estamos en horario laboral, y esta es una señal más que me recuerda mi lugar. 
Y prefiero cantarte porque cuando te tengo al frente me desarmo y en vez de rechazarte me enredo entre tus brazos. Ya no más. Y te lo digo con absoluta sinceridad, liberándome. Ya no más. Hace unos días me acerqué a tu casita feliz y entendí todo, tu mujer, hijos, perros, trabajo. La sede, el bunker, tu mundo real. Yo soy la sucursal, la franquicia, el oasis cuando tienes sed. Pero hoy tuve un día de mierda, esos días que solo necesitas un abrazo, una voz que me diga “tranquila todo va a estar bien” y no estás y no vas a estar jamás. (SIN DEJAR DE VER EL CELULAR, ANSIOSA MANÍACA) Lo que más me perturba es tu olor pegado a las sábanas que me despierta a medianoche y a tientas comienzo a buscarte como si abrazar una almohada supliera tu calor. El detergente que acondiciona las telas, promete quitar el olor y sustituirlo con un aroma delicado. Lo logra, pero sólo por pocos días hasta que vuelves aparecer en ésta parada que se llama mi cama y vuelves a impregnarlo todo de semen, volcán y sudor. Y no puedo culparte, porque haces que brote cascadas de maravilla, y mojo, mojo una y otra vez, las candentes sábanas de nuestro cuadrilátero horizontal. Intento matar tu recuerdo a punta de lavadora y resistencia. Ya no más. (DEJA EL CELULAR A UN LADO) No quiero más llamadas, ni visitas fugaces, ni mensajes que dicen “cómo estás” pero que significan “vamos a coger”, nada, no quiero nada. Estoy sola y así quiero estar el tiempo que tenga que estar. Nadie merece sentirse tan rechazado como yo me siento ahora. Tanto que ni siquiera te puedo llamar porque lógicamente no me contestarías. Al menos no me contestarías hoy, que es cuando te necesito. Lo harás mañana con la seguridad que te recibiré a besos en mi casa. Porque así son nuestros encuentros una cruel montaña rusa llena de bruscas vueltas. Ese juego duele mucho y no lo quiero jugar más. Ya no más. No puedo convertirme en pedacitos para que tu quedes entero. Eres la acción que compré en un club llamado Infierno. Tentación y piel son nuestra combinación letal. Quiero morir por tres segundos, arqueando la cabeza hacia atrás, poniendo los ojos en blanco, cerrando el puño y abriendo mi mente. Olvidarte para siempre. ¡Urge!

MI SOLEDAD Y YO. De Indalecio Ramírez. 
Canta Chanta Viema

Mi soledad y yo, nos comprendemos bien
a mí se acostumbró, a ella yo también
Mi soledad me ve con su mirada gris
el llanto donde esté, que seas feliz.

Porque yo con la ausencia de su amor
no tengo la fortuna de reír
conozco nada más el rostro del dolor
Sin alegria me encuentro desde que te vi partir.

Mi soledad y yo sabe que únicamente hablo de ti
Porque si no eres tú, el tema a conversar
Nada que de importancia en esta vida para mí.

Mi soledad y yo queremos verte aquí
donde su amor dejó la espera que hay en mí
Mi soledad se irá cuando te vea llegar
porque no aguantará verme llorar

Porque yo con la ausencia de su amor
no tengo la fortuna de reír
conozco nada más el rostro del dolor
Sin alegria me encuentro desde que te vi partir.

Mi soledad que me oye platicar 
sabe que unicamente hablo de ti
porque si no eres tú el tema a conversar
nada tiene importancia en esta vida para mí.

Porque si no eres tú el tema a conversar
nada tiene importancia en esta vida para mí.
¿Y dónde está el Señor?

MADAME CHIANG
¿Acaso se puede caer más bajo al pensar que nadatiene importancia en esta vida si no tenemos a un hombre al lado? (IRÓNICA) Un hombre que nos represente, que nos tome de la mano… como si fueramos venaditos recién nacidos de patas flacas y quebradizas, un hombre que nos de la mamila de seguridad para que nos quedemos tranquilas. Según esta pinche sociedad, así es. Puede que tú, que estás sentada ahí en tus veinte años digas, no… “eso jamas me pasará a mí, porque yo soy una mujer segura, completa, un hombre no es mi carburador, no necesito refacciones para andar, no soy una máquina, soy una mujer”. O tú, a tus treinta pensarás “no, ya superé la dependencia social, soy una mujer con hijos motivada a seguir por ellos y para ellos”. O tú, a tus cuarenta, a tus cincuenta te levantarás un día y dirás: ¿Dónde chingados están los hijos? Y creerás que vas a respirar profundo mirándote al espejo feliz con tu soledad. Pero no.  Qué pasa cuando la sociedad te presiona con la dichosa pregunta: ¿Y dónde está el señor? No es “El señor de los cielos”, ese sigue donde lo dicte el Papa o las visiones de las viejas beatas… Ni el de Sinaloa, no. Se trata del señor que se supone debe estar a tu lado. Como el Jesucristo de las monjas que nadie lo ve, pero que existe para ellas y para todos los que las rodean. Usan una alianza en su dedo, se ven respetables… Hasta ellas que se casan solas, haciendo ese ritual extraño de vestirse de novias y besar el suelo para unirse a él… pues hasta a ellas, a esas locas y a las chinas que deciden casarse con árboles, las respetan más que a mí el día que decidí seguir sin él. Y lo supe el día que fui a rentar un departamento con más de una recámara. En una iba a dormir, en la otra a poner mi estudio y la otra para mis amigos cuando quisieran dormir la peda, estaba plena, fantástica, ganaba buen dinero y lo tenía todo para mostrarme al mundo como la mujer independiente que soy, pero ese día la pregunta de la dueña, (nótese que era mujer) me golpeó más fuerte que una cachetada… (LA IMITA ENGOLANDO LA VOZ) “Oiga... ¿Y dónde está el señor?” (EXHALA HARTA) Se refería a si no tenía marido, se referia al por qué una mujer sola necesitaba un depa grande, se refería a que quién me iba a mantener económicamente… y a pesar de mi respuesta: “No hay señor” y estrellarle en la cara mi último estado de cuenta del banco con varios ceros, mi contrato con una empresa, y mi cara de señora seria, nada… me dijo que no podía haber trato sin una figura que se llama el “Obligado Solidario” sí… les juro que esa figura existe, y no, no es un fiador, es un hombre que me representara y firmara giros responsabilizándose por mí. Mandé todo a la mierda y si, perdí mi departamento bonito, pero gané un poco de dignidad.

JUGLAR. / JOGLAR de Filo Machado, Djavan y Zè Neto.
Canta Soledad Bravo. 

Cuando me fui de mi casa
Comenzó mi desafío
mi pensamiento volaba
porque sentí que el mundo era mío

Mi pensamiento rodó
porque en el amor se enredó mi corazón
y ya no sé quien soy
pero p'alante voy con mi canción

Mamá me dijo "no aceptes
nunca malas compañías;
a dormir, toma tu leche,
después reza tres ave marías"

Mi pensamiento rodó
porque en el amor se enredó mi corazón
y ya no sé qué hacer
pero p'alante voy
con mi canción

Un día yo seré cantor
hace un año que te dije jugando
de tanto pensar en mi amor
ahora estoy aquí casi llorando

Cuando me fui de mi casa
Comenzó mi desafío
mi pensamiento volaba
porque sentí que el mundo era mio

Mi pensamiento rodó
porque en el amor se enredó mi corazón
y ya no sé quien soy
pero p'alante voy con mi canción

Me convertí en un Juglar, esa persona que iba divirtiendo a otros entre tragos y canciones. En un personaje que creé para esconder la realidad, todos me veían feliz y sin pareja. Mis amigas se preguntaban cómo lo había logrado. Mi corazón se fue cerrando, probé con mujeres, con trago y estupefacientes, quería hacer contacto con un ser humano, con un latido que vibrara con mi ritmo, pero hoy la gente no se ve a los ojos, todos estamos sumergidos en nuestro mundo virtual, probé secretamente con aplicaciones para buscar pareja, tinder, match, di muchos likes, hice muchos swipes, me reí, me estrellé. Calmé mis ansias con chorros de trabajo, me entregué al placer de mis dedos complacientes, le puse nombre a mi bonito vibrador rosa, un nombre neutro para no identificarlo con ninguno de mis amantes, se llama “Diamante”, era una roca como mi orgullo, de tanto pulirlo le saqué brillo y unos maravillosos orgasmos que me complacen bien. Dejé de lado todas esas historias románticas del príncipe azul que tanto daño le hicieron a mi psiquis y que eran el arma perfecta para que cualquiera viniera a manipularme. Me descubrí. Y decidí ser la mujer que soy, esa misma mujer feminista que marcha y se une a otras para rayar el símbolo fálico más grande que tenemos: el ángel de la independencia, esa mujer que hizo las reglas y las rompió, esa mujer que se sinceró un día y decidió volver a amar, despacito, sin miedo. Descubrí que el amor es como un temblor, que por más alertas sísmicas, nadie puede saber los efectos que tendrá, ni las consecuencias, que llega en momentos inesperados, que sacude, marea y en algunos casos destruye. Pero después siempre viene la calma, aunque deje algunas lágrimas y pedazos rotos. Descubrí que ya conozco donde encajan todas las piezas de mi fuerza y que sola, sin niñitos, ni calzones que lavar, ni comida que dejar en el horno, ni mandil, ni ansias por el mensaje no visto, puedo armar mi rompecabezas y seguir. Sin ti, o contigo, pero feliz.  


YUTZIL MARTÍNEZ
2019.





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